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ULTIMA JORNADA DE LIGA 2025

by José Julio Galeano

24/2/2025

22 de febrero de 2025. Ópera de París, 1858. Dos batallas, un mismo destino.


En los confines más oscuros de la galaxia, donde el vacío es testigo de hazañas inmortales, cinco intrépidos astronautas se enfrentaban a la prueba definitiva. No había rendición, no había marcha atrás. Ganar o ganar. Así también, en otro tiempo y otro lugar, en el majestuoso escenario de la Ópera de París, Paul Morphy libraba su propia batalla, un duelo sin armas ni explosiones, pero con la precisión letal del genio estratégico.


En la galaxia, los caballeros de otro sistema avanzaban con su tecnología implacable, al igual que el Duque de Brunswick y el Conde Isouard confiaban en su astucia y nobleza para doblegar al maestro del tablero. Pero ni en la inmensidad del cosmos ni en la refinada sala de ópera, el destino favorecía a los opresores.


Las naves de los cinco guerreros, maltrechas y al borde del colapso, se alineaban con la elegancia de un ataque calculado, igual que las piezas de Morphy danzaban con armonía sobre el tablero. Cada movimiento, cada decisión, cada sacrificio estaba impregnado de la esencia de los inmortales.


Las torres y los alfiles alzaron su bandera como estandartes de guerra, del mismo modo que las naves desgarraban el firmamento en busca de la victoria. El caballo irrumpió en el campo enemigo con furia, reflejando a los pilotos que, con las últimas reservas de oxígeno, se lanzaban en una maniobra desesperada. Y la dama, la pieza suprema, la emperatriz de la estrategia, dirigió el ataque final con precisión mortal, igual que la última ofensiva en el espacio sellaba el destino de los invasores.
Los adversarios, ya fuera en la nobleza parisina o en los anillos de una galaxia distante, quedaron atrapados en su propio laberinto. La sombra de la derrota se cernía sobre ellos, inexorable como el destino. Y cuando el polvo cósmico se asentó y el jaque mate fue ejecutado, lo imposible se había hecho realidad.

Los olvidados, los desarrapados, los que nadie esperaba ver triunfar, alzaron la cabeza.
Los que estaban condenados al destierro, se convirtieron en leyenda.
Los que todos deseaban ver caer, se mantuvieron en la élite.


Porque hay guerras que no se ganan con tecnología ni con poder, sino con estrategia, determinación y la voluntad inquebrantable de quienes se niegan a ser olvidados. Morphy en París. Los astronautas en el cosmos. Dos batallas, una misma verdad: la genialidad es eterna.

Pero toda leyenda necesita héroes, y esta no fue la excepción.

En los confines del universo y en la cumbre de la historia, cinco nombres brillan con luz propia, cincos guerreros que desafiaron lo imposible, cinco titanes que se negaron a caer en el olvido:


Ellos fueron los que se alzaron cuando todos esperaban que cayeran. Ellos fueron los que transformaron la lucha en victoria y la historia en leyenda.

Porque las estrellas no recuerdan a los vencidos, pero inmortalizan a los que, contra todo pronóstico, conquistaron la eternidad.